Estrés en perros: Señales, prevención y técnicas de alivio

Los perros se estresan cuando se sienten ansiosos, asustados, amenazados, frustrados, inseguros o aburridos. Las posibles causas son:

- Personas, lugares o animales desconocidos.  
- Ruidos fuertes.  
- Comportamientos impredecibles.  
- Cambios en la rutina.  
- Invasión de su espacio personal o cambios en el entorno.  
- Falta de ejercicio o estimulación mental.  
- Enfermedad o dolor.  
- Ansiedad de separación. 

Un perro ansioso o estresado puede:

- Cola baja o metida.

- Cuerpo tenso.  

- Ojos dilatados o tensos.

- Orejas hacia atrás.

- Temblor, jadeo o lamido excesivo.

- Paseos inquietos o aullidos tipo llanto.   

Si el perro está estresado por personas, animales u objetos en particular, puede:

• Fijar la mirada en ellos.  
•  Inclinarse o alejarse de ellos.  
•  Esconderse o retroceder. 
•  Acobardarse, esconderse o huir de ellos.  
•  Acercarse cautelosamente con el cuerpo bajo y agachado.  
•  "Sonreír" o rodar sobre su espalda para mostrar que no es una amenaza.
• Mostrar agresividad si está extremadamente asustado, con signos como gruñidos o mordiscos.  

Reconocer estas señales te permitirá actuar a tiempo y ayudar a tu perro a evitar miedos establecidos.

La ansiedad por separación ocurre cuando un perro es emocionalmente demasiado dependiente de su cuidador y se angustia en exceso en su ausencia o al quedarse solo. Por ejemplo, tu perro puede volverse demasiado empalagoso mientras te pones los zapatos, o puede orinar dentro de la casa cuando no estás o recibirte en la puerta con llantos y saltos incontrolables.

Además de los consejos para calmar que discutiremos a continuación, puedes ayudar a tu perro a manejar la ansiedad por separación de la siguiente manera:

- Enseñándole a pasar tiempo de manera independiente, por ejemplo, al ponerlos por periodos cortos en una jaula o en otra habitación mientras estás en casa.  

- Dejando juguetes interactivos o carnazas cuando el perro está solo.  

- Eliminando algunas señales de salida, por ejemplo, el no despedirse.  

- Jugar o pasear con él antes de irte, para quemar la energía ansiosa.  

- Dejando alguna prenda de ropa impregnada con tu aroma.  

- Dejando la radio o la televisión encendidas.  

Si tu perro de repente parece estresado, considera lo que ha estado sucediendo a su alrededor. ¿Estás visitando un lugar desconocido? ¿Entró una persona en la habitación? ¿Alguien o algo asustó al perro? ¿Alguien intentó levantarlo?

Si no hubo un desencadenante obvio en los momentos previos, considera lo que podría haber cambiado en la vida de tu perro en los días o semanas anteriores. ¿Volviste a la oficina después de un descanso? ¿Tu perro está saliendo a pasear menos de lo habitual? ¿Hay una nueva mascota o bebé en la casa?

Socialización

Desde pequeño, permite que tu perro interactúe con distintas personas, animales y entornos. Esto lo ayudará a sentirse cómodo en su entorno y le dará la confianza para adaptarse fácilmente a nuevas situaciones.

Rutina

Al igual que nosotros, los perros encuentran consuelo en la familiaridad y la consistencia. Asegúrate de que tu cachorro pueda relajarse con la seguridad de que su comida, paseos y personas favoritas nunca están lejos.

Refuerzo positivo

El castigo no funciona cuando se entrena a los perros; de hecho, es una fuente común de estrés. En su lugar, ignora los comportamientos indeseables y solo da atención, golosinas y otros refuerzos positivos cuando tu perro muestre el comportamiento deseado.

Mantén la calma y evita aumentar su estrés. Establece un área tranquila con su cama y juguetes, y elimina factores estresantes.

Ejercicio: Saca a tu perro a pasear o jugar para liberar energía.

Estimulación mental: Usa juguetes interactivos y juegos para distraerlo.

Relajación: Acaríciarlo suavemente y hablarle en tono calmado puede ayudar.

Remedios calmantes: Considera feromonas o consulta a un veterinario sobre remedios naturales.

El estrés no tratado puede causar problemas a largo plazo. Si tienes dificultades para identificar las causas, consulta a un veterinario o especialista en comportamiento para obtener apoyo.